12 febrero 2011

NI NOSOTROS PEDIMOS, NI VOSOTROS SOIS LOS QUE NOS DAIS

Vivo en el Polígono Sur desde que tengo 11 años, en un principio viví en las Vegas hasta los 17 años, después compré junto con mi pareja un piso en las torretas de la barriada Murillo, más tarde nos mudamos a las Letanías y en la actualidad vivo en la avenida de la Paz.

He estudiado en el colegio Vicente Aleixandre, e hice el bachiller en el instituto Antonio Domínguez Ortiz. Luego estudié magisterio y tengo la gran fortuna de trabajar en un colegio del barrio en el CEIP Nuestra Señora de la Paz.

He participado en la asociación juvenil Mafalda, que la gente que son del barrio saben cómo esta pequeña asociación movilizaba a un montón de jóvenes en aquellos años, también participé del proyecto de desarrollo comunitario a través de un taller de jardinería, en el que intentamos arreglar los jardines de la barriada Murillo, se hizo mucho, quedaron muy bien, pero duró poco. Hace unos años desde el grupo de pastoral obrera de la Parroquia San Pio X gestionamos un punto de información socio laboral Soy socia de las asociaciones de vecinos Solidaridad y de la asociación de vecinos el Sur, en esta última formo parte del grupo de cultura “Espacio cultural 8 de Marzo”.

He estado presente en todas las movilizaciones que desde el barrio se han hecho, desde las reivindicaciones para que el “ esqueleto “ se terminara y funcionara, los últimos jueves de mes en la puerta del Ayuntamiento, la acampada de un fin de semana, para reivindicar un centro de servicios sociales en Las Letanías en un espacio que empezamos a oír iba a ser un espacio limpio y no lo que nos habían prometido, las movilizaciones reivindicando centros de salud, para no tener que ir al ambulatorio que había en Virgen del Rocío, el cual nos pertenecía con lo lejos que quedaba del barrio, en todas las acciones que la plataforma “ Nosotros También somos Sevilla “…etc,etc, Un sinfín de ellas.

Amo mi barrio, creo en sus posibilidades, como persona me ha aportado el vivir en él enormemente de manera positiva. He aprendido de él, de su gente, que son las que lo constituyen, a valorar a las personas, que por muy mala que sea su situación siempre es posible mejorar, he aprendido el valor del trabajo, del esfuerzo, la sencillez y generosidad de los que menos tienen, la alegría de los que se sienten afortunados de ser como son y ser feliz con ello.

Por esto siempre he querido aportar todo lo posible a mi barrio que me ha dado tanto, no quiero vivir en ningún otro sitio, aquí estoy criando a mis hijos, que hoy por hoy, tampoco querrían vivir en ningún otro sitio, son felices aquí.

Desde esta admiración, profundo cariño y sentir que le tengo a mi barrio, por el que lucho cada día. Es desde donde surge esta pena que sale de lo más hondo, de ver como se han instalado en él infinidad de profesionales, con infinidad de proyectos, e infinidad de parcelas socioeducativas, de animación sociocultural, de dinamización social, de asistencia social, de participación ciudadana, de observatorios, de mesas, de coordinadoras y un sinfín más de “tinglados “, que no tienen resultados. El barrio está peor que cuando yo llegué a él, peor que cuando yo estudié en él, peor que cuando mis hijos iban a la guardería, peor, mucho peor.

Este sentir, que no es sólo mío, sé que muchas personas lo compartimos. Hace ya mucho tiempo que me viene doliendo el alma con ello, pero el detonante, para ponerme a escribirlo y denunciarlo públicamente ha sido mi visita junto con mi hermana a una trabajadora social del barrio, en el centro cívico el esqueleto, que se supone nos iba a atender por un problema grave que un familiar nuestro tiene. Es la primera vez que hago uso en mi vida de los servicios sociales.

Nos recibió con el peor de los gestos y la mayor frialdad que existe, pero bueno hasta ahí no deja de ser su problema de ser tan desagradable, lo que me llevó a la indignación, es que no tenía nada que ofrecernos, en un principio quería datos, así nos lo hizo saber en varias ocasiones, no quería que le contáramos nada ,es difícil sin contar nada que conozcan la situación, sólo los datos no dicen nada ,en la conversación esta pregunta fué de lo mejor:” ¿en definitiva que venís a pedir?”

Que sepan todos los profesionales de todas las historias que hay montadas en el Polígono Sur, las cuales las pagamos todos los ciudadanos, y a razón de los muchísimos que son se trata de mucho dinero: QUE NI NOSOTROS PEDIMOS, puesto que lo que hacemos es demandar aquello que nos corresponde como ciudadanos que somos NI ELLOS NOS DAN, puesto que ese es su trabajo por el que cobran, como hacemos todos-as. Y estas ayudas o servicios no salen de su bolsillo.

Ante una grave enfermedad que te incapacita repentinamente, sólo existe el solicitar la ley de dependencia (mi madre la solicitó en Agosto de 2009 y aún no le prestan ningún servicio, está en trámite), ¿cómo puede una persona esperar 2 años en esa situación?

Nos comenta la trabajadora social, que existe, una ayuda para cubrir ese vacío, pero que en la actualidad no hay dinero para ello. Es decir no existe.

Le pedimos información sobre la permuta de su piso un tercero sin ascensor, por otro bajo, nos dice que eso no es allí, le pedimos información sobre subvenciones para adaptar el cuarto de baño, nos dice que eso no es allí. Y eso que nosotras sabíamos que este tipo de cosas existen porque habrá personas que ni lo preguntan por qué no saben de su existencia, los trabajadores sociales deben informar de los recursos que existen¿no?,pues está sólo respondía no informaba.

Mi mente no dejaba de vislumbrar la de personas necesitadas del Polígono Sur, en situaciones similares a las de mi hermana, que lo único que cuentan es con los servicios sociales ¿qué es de ellos?, así mismo se lo pregunté a ella la cual respondió que el tejido vecinal solía funcionar bien en esos casos. Nos dio un breve adiós y ahí nos dejó con lágrimas en los ojos.

Esto podría ser simplemente un hecho anecdótico de una trabajadora social , poco informada, que no tenía uno de sus mejores días.

También puede ser una pequeña muestra y el detonante de una reflexión y a su vez de una reivindicación sobre como en el Polígono Sur se vende humo, y de cómo muchas personas medran en un barrio pobre con muchas necesidades y de cómo al final somos los vecinos los que amamos a nuestro barrio, a los que nos duelen sus gentes los que nuevamente sacamos las castañas del fuego. Muchos vendrán y se irán, sacarán su particular” tajada” ( unos-as económica, otros-as de ascenso profesional, otros-as de poder político …)y afortunadamente muchos-as otros-as a hacer un trabajado honrado, aunque no den el fruto esperado, porque no se hacen otros y esto hace que no luzca el esfuerzo de muchos-as( se trabaja el absentismo, se consigue que el niño-a venga al cole y en su casa se sigue vendiendo droga y sigue con su moto por la calle,¿ qué puede el cole educar en su vida ? ,y el Polígono Sur, sus jóvenes (que tan sólo dos de todo el Polígono Sur acudieron el curso pasado a selectividad, dejan el instituto en su primer año y se dedican a la venta de droga ya en la adolescencia)sus mujeres ( infinidad de ellas maltratadas)sus ancianos (en pisos sin ascensor ,con unos servicios sociales insuficientes que los abandona al servicio del tejido vecinal ), sus niños-as (aún muchos-as siguen perdidos en un absentismo ancestral en el barrio, conducen muchos de ellos motos y coches impunemente por el barrio) con delincuencia en las calles, robos, hurto de material urbano, rejas, usillos,etc. Con uno de los mayores mercados de droga de Andalucía, etc, etc y un sinfín de penalidades.

El Polígono Sur seguirá aquí, seguirá siendo exprimido por mucho de los que vienen a ayudarnos, seguirá siendo uno de los barrios con mayor tejido asociativo y vecinal, de lo cual nos enorgullecemos

Y muchos vecinos-as seguiremos queriendo vivir en él y seguiremos luchando por él toda la vida y seguiremos poniendo nuestra esperanza en la gente de nuestro barrio, en nuestros vecinos-as

ESPERANZA MACARENA MIJES SOTO

Vecina del Polígono Sur de Sevilla

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